viernes, 5 de agosto de 2011

El autobús

Hasta años después mi sexualidad mental (de la física no había...) se alimentaba de pequeños amores platónicos que no vienen al caso, porque esto va de carnaza. El caso es que con 12 años me empecé a llevar mejor de lo normal con un chico de mi colegio (no compartíamos clase pero si curso), se llamaba CNR. CNR era el típico niño malo pero con un corazón gigante que por mis últimas averiguaciones sigue conservando, cosa de la que me alegro.

El caso es que CNR me gustaba mucho y yo a él. Nuestro entretenimiento era ir a una vieja parada de autobús toda la tarde a hablar de nuestras paranoias, de nuestros sueños y de sandeces varias; también íbamos al monte a echar unos pitis y esas cosas. Entonces llegó un día normal, pero más alegre de lo habitual porque había una excursión del cole, y ¿qué era lo que más nos molaba de las excursiones? el autobús, por supuesto. En el trayecto lo pasábamos genial.

Ese día CNR estaba bastante pesado con que le diera un beso con lengua, según él porque "quería saber cómo besaba" (la respuesta a eso era bastante fácil: básicamente no tenía ni puta idea) y su manera de conseguirlo fue proponer el juego de fresa fresita fresón en el trayecto de vuelta de la salida escolar. Todos aceptaron jugar, y le tocó ser "madre" a C (una niña bastante idiota). Para quien no conozca el juego el tema es simple: la madre manda, y pregunta a cada uno fresa fresita o fresón, si eliges fresa le das un beso en la mejilla a quien te mande, fresita es un pico y fresón es un morreo, para entendernos. Le toca a CNR, pide fresón y C va de puta cerda traidora y dice A PAULA. Fue un poco asqueroso no poder salir corriendo. Entonces entramos en la fase de negación "C no me hagas esto, joder" pero no funcionó. Después vino la fase de negociación "¿cuántos segundos?" a lo que C respondió "mínimo 10 segundos de morreo". Mi cara era un poema.

Y la última fase fue la aceptación. Comienza la cuenta atrás. CNR se acerca, con sus labios enormes y comienza a acariciar mi lengua con su lengua. Era una sensación rarísima pero no se estaba del todo mal... la gente empieza a gritar y nos separamos. A lo tonto llevábamos más de medio minuto de beso... Llegados a este punto creo saber porqué me gustan los tíos de labios gruesos, quizá porque los mejores besos de mi vida fueron tíos con labios impresionantes (la lista irá en aumento...).


CNR fue diciendo por todo el colegio que yo besaba genial, que se notaba que controlaba (JA!). Es un poco humillante a la vez de excitante que mi primer beso estuviese rodeado por más de 20 niños curiosos a menos de medio metro de mi, pero así sucedió, y así me quité el lastre de encima de aprender a besar, sin darme cuenta gracias a CNR, que me creía toda una experta (cuando el experto era él...)

Poco tiempo después me pidió ser su novia. Íbamos juntos a pasear, me dejaba su palestina de chico malo, y nos dábamos más de esos interminables besos en el bosque.Aunque se que no leerá esto, puedo decir que fue uno de los mejores besadores que conocí, y que me alegro mucho de haber compartido eso con él, porque su corazón estuvo a mi lado en muchos duros momentos que padecí ese curso, pero sobre todo, porque no sabe cómo afectó el conocerle y el recordarle al resto de mi vida.

CNR se tuvo que mudar poco después a otro lugar, y a todos nos entristeció mucho esto... muchos, muchos años después en un festival de música y mucha marihuana, yo iba caminando por el bosque y alguien dijo mi nombre, sólo pude ver a un chico super melenudo que me miraba... y después de mucho rato le reconocí. Nos pusimos al día, y me alegró saber que él ahora vive cerca de aquí con su pareja y su hija, y es cantante de hip hop a parte de currar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario